En la línea de obtener mejores pruebas para detectar el cáncer, los científicos de la Escuela Universitaria de Medicina, Johns Hopkins, condujeron un estudio que identificó con éxito ADN tumoral en sangre y saliva de 93 pacientes con cáncer de cabeza y cuello. Un informe sobre estos resultados fue publicado por Wang et al en Science Translational Medicine.

Antecedentes del estudio

Se ha demostrado que el ADN tumoral puede ser medido con éxito, tanto en sangre como en saliva para estos tipos de cáncer. En el estudio, el test de saliva parece ser la mejor manera de detectar el cáncer en la cavidad oral, mientras que los análisis de sangre parecen encontrar mejor los de laringe, hipofaringe y orofaringe. Sin embargo, la combinación de análisis de sangre y saliva pueden ofrecer la mejor opción de detectar el cáncer en cualquiera de esas regiones.

La predisposición genética innata para la mayoría de los tipos de Cáncer de Cabeza y Cuello es rara, pero existen mutaciones que generalmente no se producen en las células normales y han sido consideradas como buenos objetivos para las pruebas de detección.

En el caso del Cáncer de Cabeza y Cuello asociado con el virus del papiloma humano (VPH) se buscó ADN promotor de tumores relacionado con VPH en muestras de sangre y saliva de los pacientes.
Para los cánceres de cabeza y cuello no relacionados con el VPH, que representan la mayoría en todo el mundo, buscaron mutaciones en los genes TP53, PIK3CA, CDKN2A, FBXW7, HRAS y NRAS.

Los principales factores de riesgo para el cáncer de cabeza y cuello son el alcohol, el tabaco y la infección por VPH.

Resultados del estudio

El estudio se realizó sobre 93 pacientes diagnósticados de Cáncer de Cabeza y Cuello del Hospital Johns Hopkins y del MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas. De todos ellos se recogieron muestras de saliva antes de su tratamiento, y de 47 de ellos, además se recogieron muestras de sangre.

Los científicos detectaron ADN tumoral en la saliva de 71 de los 93 pacientes (76%) y en la sangre en 41 de los 47 (87%). En los 47 pacientes que dieron muestras de sangre y saliva, los científicos fueron capaces de detectar el ADN del tumor en al menos uno de los dos tipos de fluidos corporales (sangre o saliva) en 45 de ellos (96%).

Detección de tumores por su localización

Cuando se analizaron los resultados más especificamente, se encontraron con que las pruebas de saliva fueron mejores para el cáncer de la cavidad oral. Hubo 46 pacientes con cáncer de la cavidad oral que fueron correctamente identificados a través de pruebas de saliva al 100%. Esto contrasta con la detección del ADN tumoral en el Cáncer Orofaríngeo que solo alcanzó a 16 de los 34 pacientes (47%), Cáncer de Laringe en 7 de cada 10 (70%), y Cáncer de Hipofaringe en 2 de 3 (67%).

De todas formas, es posible que una de las razones por las que las pruebas de saliva no fueran tan eficaces en las localizaciones de la parte posterior de la garganta fuera que no se les pidiera a los pacientes hacer gárgaras y que sólo se limitaran a enjuagarse la boca para proporcionar las muestras.

Los análisis de sangre identificaron correctamente el ADN tumoral con mayor frecuencia en 20 de 22 cánceres de orofaringe (91%), 6 de 7 cánceres de laringe (86%), y los 3 tipos de cáncer hipofaringe (100%). En conjunto, la sangre y las pruebas de saliva identificaron correctamente todos los cánceres de la cavidad oral, laringe e hipofaringe, así como a 20 de los 22 tipos de cáncer de la orofaringe (91%).

Tabla 1.- Eficacia de la detección segun la localización tumoral
Localización Eficacia en Saliva Eficacia en Sangre
Cáncer de Cavidad Oral 100% (46/46) n.d.
Cáncer Orofaríngeo 47% (16/34) 91% (20/22)
Cáncer de Laringe 70% (7/10) 86% (6/7)
Cáncer de Hipofaringe 67% (2/3) 100% (3/3)

Sensibilidad de la prueba

La sensibilidad de las pruebas dependió de la localización del cáncer, el estadio, y el estado de VPH, y estuvo en un rango entre el 86% y el 100%.

Detección de tumores en estadios tempranos

También se observó que la prueba de saliva tuvo un mejor rendimiento para los cánceres en etapas más tempranas. De 20 casos en estas etapas se identificó el ADN tumoral en la muestra de saliva de 20 pacientes, obteniendo un rendimiento del 100%. En comparación, los análisis de sangre fueron peores ya que identificaron correctamente solo a 7 de 10 (70%).

Detección de tumores en estadios tardíos

El análisis de sangre fué mas eficaz encontrando cánceres en etapas tardías (34 de 37), en comparación con las pruebas de saliva (51 de 73). Los análisis de sangre también identificaron correctamente los tumores relacionados con el VPH, que ocurriço en 30 de los 93 pacientes, con mayor frecuencia que las pruebas de saliva, probablemente porque los tumores relacionados con el VPH tienden a ocurrir en la parte posterior de la garganta.

Objetivos a largo plazo

El objetivo final es el desarrollo de mejores pruebas de detección para encontrar cánceres de cabeza y cuello en la población general y mejorar la forma en que se puede hacer el seguimiento de los mismos.

Para determinar la efectividad clínica de esta metodología se necesitan más estudios, con grupos más grandes de pacientes y con personas sanas. Además se tienen que refinar también los métodos de recogida de saliva y la gama de genes específicos en el panel de análisis genético.

Por otra parte, tampoco tenemos aún datos definitivos sobre la tasa de falsos positivos, aunque las fórmulas utilizadas para analizar las muestras de sangre y saliva están diseñadas para eliminar a los resultados cuestionables.

Los falsos resultados en las pruebas de genes surgen cuando el ADN se copia muchas veces, se secuencia, y se analiza. Los científicos utilizaron un método que desarrollaron y probaron previamente para encontrar cáncer de ovario y de cuello uterino en el flujo cervical.

El objetivo a largo plazo, es crear una prueba que cueste menos de $ 50, y que pueda ser utilizada por los médicos sin mayores problemas.

Referencia Bibliográfica

Nishant Agrawal et al. Detection of somatic mutations and HPV in the saliva and plasma of patients with head and neck squamous cell carcinomas. Science Translational Medicine, June 2015 DOI:10.1126/scitranslmed.aaa8507