Probablemente, una de las mejores presentaciones de este congreso de ASCO (American Society of Clinical Oncology) haya sido la presentada en la sesión Plenaria, sobre la disminución de los efectos secundarios a largo plazo de los niños tratados y curados de su cáncer.

Afortunadamente, las posibilidades actuales de curación de los niños con cáncer es realmente elevada (mas del 90%), sin embargo, las secuelas a largo plazo, atribuibles al tratamiento también son importantes y frecuentes: Muertes por segundos cánceres, cardiopatías, menor esperanza de vida comparativamente con la población general, etc.

En el estudio presentado por el Dr. Armstrong, se observó que 30 años después del diagnostico, el 18% de los pacientes “curados” había fallecido por otras causas, y que muchos de ellos fallecieron entre los 30 y 40 años.

Por todo ello en los últimos años se han ido introduciendo cambios en los tratamientos para disminuir la toxicidad sin perder eficacia, como la disminución de la dosis de Radioterapia, disminución de Radioterapia craneal en las leucemias, uso de fármacos cardiotóxicos (Adriamicina) y la detección precoz de las toxicidades.

En este estudio, se incluyeron 34,033 pacientes tratados entre 1970-1999 y que estaban vivos al menos 5 años después. A los 15 años del tratamiento estaban vivos el 89.3% de los pacientes diagnosticados en los años 70, el 92,1% de los tratados en los 80 y el 94,6% de los tratados en los 90, diferencia muy significativa. La mortalidad especifica por la enfermedad también variaba con los años (7.1%,4.9% y 3.4% respectivamente)

Los fallecimientos por otras causas también disminuyeron según los años en que fueron tratados (3.1%, 2.4% y 1.9% respectivamente. El numero de fallecimientos por segundos cánceres disminuyo a la mitad a lo largo de esos 30 años y la toxicidad cardiaca fue cinco veces menor.

En este estudio se demostró que los cambios en la mortalidad se debían fundamentalmente a los cambios en los tratamientos, ya que había aumentado la eficacia y disminuido la toxicidad.

Todo ello, como ha dicho el Dr. Link, nos demuestra que debemos continuar trabajando para disminuir el “Coste de la curación”, que tan importante es la curación como las toxicidades y secuelas de los tratamientos y que muchas veces, es necesario que los oncólogos nos centremos mas en el paciente que en el tumor y con ello podríamos evitar alguna exposición innecesaria a los tratamientos.