El consumo de tabaco durante el tratamiento del cáncer aumenta el riesgo de complicaciones en todos los tipos de tratamientos para el cáncer, y puede reducir su efectividad.

Interacciones del Tabaco con la Cirugía

Los pacientes que fuman y se someten a una cirugía tienen un riesgo mayor de sufrir complicaciones cardiacas y respiratorias, incluso mayores problemas derivados de la anestesia general (medicación sedante administrada durante la cirugía). Además, fumar tiene efectos perjudiciales para la cicatrización, y puede aumentar el riesgo de infección en la herida. Se ha demostrado que dejar de fumar, aunque sea poco antes de la cirugía, reduce las complicaciones.

Interacciones del Tabaco con la Radioterapia

La radioterapia no es tan efectiva para pacientes que fuman como para quienes no fuman o han dejado de fumar antes del tratamiento. Fumar durante la radioterapia también puede aumentar los efectos secundarios, incluida mucositis oral (inflamación de la boca y la garganta), pérdida del gusto, xerostomía (sequedad en la boca), pérdida de peso, fatiga (cansancio excesivo), neumonitis (inflamación del tejido pulmonar), daño en el tejido blando y los huesos, y mala calidad de voz.

Interacciones del Tabaco con la Quimioterapia

Aunque se conoce menos sobre los efectos de fumar durante la quimioterapia, tiene el potencial de aumentar los efectos secundarios, entre ellos, pérdida de peso, caquexia (pérdida de peso con debilitamiento muscular), fatiga y problemas pulmonares y cardiacos. Además, fumar durante la quimioterapia puede inhibir el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de infección.

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